En 2018 nos planteamos el gran reto de acercar la realidad de nuestro día a día y de los pueblos pigmeos baka a nuestros socios y socias…y les ofrecimos viajar a Camerún con nosotros.

Cuatro de ellos hicieron las maletas y se acercaron hasta Djoum y Bengbis para conocer, sentir, actuar y tomar consciencia. El resultado no podía haber sido mejor, y como ejemplo esta carta en la que cada uno de ellos nos explica la manera en la que ha vivido esta experiencia.


¿Qué pasa?, ¿de qué nos quejamos si vivimos relativamente bien?. Vivimos en un país desarrollado, en democracia, inmersos en el estado del bienestar de este sistema occidental y en paz. Entonces, ¿de qué nos quejamos?, ¿tenemos complejo de culpa por algo que no nos cuadra?. ¿Serán esas noticias sobre las muertes en el Mediterráneo o la interminable lucha del pueblo palestino o el hambre secular de pueblos empobrecidos? Pero, si en los últimos cien años los avances en los DDHH, en la igualdad entre personas son enormes, en los valores éticos de justicia y libertad, entonces, ¿qué nos pasa?.

Pero si echamos una mirada más nítida a este mundo complejo, a todas esas razones por las que renegamos y luchamos contra ellas: a la dictadura de los monopolios y los mercados; al destrato a los refugiados e inmigrantes con la inercia cómplice de la pusilánime UE ; al empobrecimiento y exclusión de las minorías étnicas; a la desigualdad de género… vemos que hay algo que no cuadra en lo que nos cuentan, nos informan y nos deforman, que aunque no lo veamos físicamente hay otro mundo que no conocemos y está allí. Que la lucha de Mandela, Ghandi, King, Guevara… no cesó y que ese mundo que no conocemos, excluido, marginado, maltratado y, en ocasiones, mutilado nos llama y nos atrae como un imán.

Entonces decidimos ir a ver, a comprobar si esos principios y valores (hoy más imprescindibles que en cualquier otra época) son conculcados sistemáticamente y aprovechamos la oportunidad que nos brinda la ONGD Zerca y Lejos de ir y comprobar “in situ” al mundo tal cual es, a la realidad cruda y descarnada…

 

Experiencia de Rosa Álvarez:

Zerca y Lejos en Camerún. He visto ilusión e implicación en unos profesores y animadores que estaban recibiendo la formación de cara al nuevo curso escolar. He visto orgullo en los pigmeos bakas enseñándonos sus terrenos cultivados mientras nos dan a probar un trozo de mandioca recién cortado. La misma satisfacción al enseñarnos la nueva y flamante escuela que acaban de construir para que sus hijos puedan tener un futuro. He visto auténticos profesionales luchando por los derechos de los demás, renunciando a una vida cómoda en un país en el que esa comodidad sólo llega a unos pocos. He visto confianza y tranquilidad en la madre que llevó a su hijo al consultorio médico para que le curaran un absceso enorme en el tobillo. He visto solidaridad de una madre que acoge en su hogar a una niña que no tiene a nadie a cambio de una ayuda económica (sí, en Camerún Zerca y Lejos también favorece el acogimiento familiar).

He visto necesidad y he visto esperanza. Esa esperanza es la que alimenta día a día la labor de Zerca y Lejos.

viaje de socios

Experiencia de Amparo Pardo:

Desde la propuesta aquella tarde de Zerca y Lejos de viajar al corazón de África hasta hoy han transcurrido muchos días pero poco tiempo. Así decían en una película «No hay más enigma que el tiempo…»

Ahora vives en pasado todas y cada una de las emociones y sucesos impactantes, chocantes, asombrosos. ¿Acaso no estabas informada? te preguntas. Eramos blancos y nos ad-miraban, Pero cómo explicar lo que uno siente estrechando manos y saludando humildemente a esta población de los márgenes, mientras surge una petición de ayuda para una mujer puérpera o te muestran un colegio de reciente construcción. ¡¡¡Vacunación contra el tétanos, por favor!!!.

La ilusión y la esperanza van de la mano de unos héroes humanos que trabajan, y mucho. Detrás de unas siglas: Zerca y Lejos, con una abnegación tan extraordinaria que contaminan voluntades. Por eso, miles gracias a los de allá y a los de acá.

Experiencia de Sara Suárez:

Hasta mi viaje con Zerca y Lejos a Camerún no había valorado tanto el vivir donde vivimos: un país con todas las necesidades básicas cubiertas y en la búsqueda insaciable de necesidades inventadas. Pues bien, Zerca y Lejos está formado por personas que han abierto los ojos, y en lugar de gastar su energía buscando esas necesidades inexistentes, la emplea en ayudar a una población que verdaderamente lo precisa. Yo tengo la satisfacción de decir que lo he visto, lo he vivido y lo he sentido: he visto una organización estructurada con proyectos con objetivos bien marcados y factibles en ámbitos de educación, sanidad y autonomía y desarrollo, he vivido situaciones que me han hecho consciente de la precariedad sanitaria y he sentido el entusiasmo del pueblo baka mostrando con orgullo sus propios cultivos y los colegios que Zerca y Lejos ha conseguido construir para sus hijos. Ha sido una experiencia más que enriquecedora, que me ha abierto los ojos para continuar contribuyendo con la organización.

Experiencia de Carlos Escuder:

Fue mi primera inmersión en el África negra, nunca había bajado de la latitud 24º 5′ 5» N en África. Me impactaron las condiciones paupérrimas en que vivía la etnia baka, su aislamiento, su impotencia ante la deforestación de su selva, su resignación ante el destino próximo de la extinción de todo aquello que es su hábitat, cultura y costumbres, la corrupción de un gobierno internacional que, a través de las multinacionales y el engaño de los medios desinforma, aturde y confunde.

Sin embargo, quedé gratamente sorprendido por la calidad humana de todas las personas cooperantes de Zerca y Lejos en el terreno, por los proyectos que se están desarrollando, por la comunión entre ZyL y los pobladores baka, por la entrega solidaria y buen rollo reinante, por lo que uno aprende y aprehende de una experiencia como esta que hace que abra los ojos y perciba con más nitidez cuál es el objetivo y el camino para intentar conseguirlo, por convertirme en un “embajador” de Zerca y Lejos ante la curiosidad y necesidad de escuchar y saber de amistades, de personas que conozco que aún no conocen ni vivieron esta experiencia.