Como cada 9 de agosto, el mundo celebra el Día Internacional de los Pueblos Indígenas. Alrededor de 370 millones de personas en todo el planeta constituyen la población indígena. A pesar de representar más del 5% de la población mundial, se trata de comunidades desfavorecidas y vulnerables.

 

Los pueblos indígenas nos han dejado como herencia numerosas lenguas, culturas, roles sociales y formas de organización económica y política. Ante la vulneración de sus derechos y la desaparición de algunos pueblos, desde ONGs como Zerca y Lejos hacen un llamamiento a la protección y respeto de los derechos de los pueblos indígenas.

Camerún es un país comprendido por más de veinte millones de habitantes. Aunque la legislación camerunesa hace uso del término “indígena”, no queda claro a quién se refiere. Es uno de los grandes problemas que sufren las comunidades autóctonas del país, que ven cómo desde el Gobierno no sólo no se vela por sus derechos y su dignidad humana, sino que apenas están considerados en sus leyes y políticas públicas.

El colonialismo dificulta el análisis de los derechos indígenas en África, ya que el mestizaje y las nuevas razas que se originaron tras la descolonización, dejaron a un lado a la población autóctona del continente. Lo cierto es que estos pueblos ya existían, incluso antes de la conformación de los estados independizados. El problema de Camerún, al igual que ocurre con el resto de países africanos, es que se implantó una creencia etnocentrista y moral, en la que los valores de los colonizadores eran superiores a cualquier cultura o costumbre africana.

pueblos indígenas

Los pueblos indígenas luchan, desde hace muchísimos años, por el reconocimiento de su identidad cultural, su forma de vida y el derecho a la propiedad de la tierra y a los recursos naturales. Pese a ello, estos derechos siempre han sido violados. En el caso de Camerún, los derechos indígenas son quebrantados por la propia población local, de modo que algunos pueblos mayoritarios como los bantúes, oprimen y esclavizan a otros minoritarios como los pigmeos baka. Es un deber de la comunidad internacional implantar medidas especiales que protejan a estas comunidades y sus culturas.

Vivir en la comunidad pigmea

Aunque no hay muchos estudios realizados sobre este tema, se cree que los pigmeos fueron los primeros pobladores de Camerún, a pesar de que hoy en día están siendo expulsados de sus tierras. Viven en el bosque, donde se asientan en comunidades, y allí rinden culto a Edjengui, el espíritu de la selva y a Tore, el creador del mundo y el ser supremo. Son conocidos por su pequeño tamaño, de hecho, su nombre proviene de la palabra griega pyme, que significa “pequeño en altura”. Viven de la caza, la pesca y la recolección de frutos silvestres. Aunque desde siempre han trabajado para autoabastecerse, actualmente están sometidos por el pueblo bantú, para el que trabajan de manera infrahumana, a cambio de un plato de comida.

Los pigmeos son nómadas y, aunque la mayoría son monógamos, existe algún caso de poligamia, sobre todo entre los baka. Estos últimos hablan su propio idioma. Sólo aquellos que han estudiado entienden también francés. El resto de pigmeos también han adoptado su propia lengua o dialecto. Se asienta al sur de Camerún y su economía suele funcionar mediante el trueque con otros pueblos vecinos.

El no reconocimiento de sus derechos, la falta de acceso a los servicios básicos, como la sanidad y la educación, las desigualdades respecto a las etnias mayoritarias, la destrucción del medio ambiente y la degradación del suelo o su expulsión de la selva, han convertido al pueblo pigmeo en una comunidad sumida en la desesperanza y el abandono.

La conquista de los derechos indígenas

Los principales problemas a los que se enfrentan los pueblos indígenas en África son: la falta de legislación en materia de pueblos indígenas, la falta de representación y participación, la discriminación, es despojo de sus tierras, los conflictos violentos, la violación de los derechos de la mujer, el escaso acceso a la justicia, el alcoholismo, la deforestación y la destrucción de la selva.

Desde Zerca y Lejos ONGD se reivindica el reconocimiento de los indígenas como un pueblo libre e integrado. La equidad, la autonomía y el reconocimiento de sus derechos son sólo algunas de las conquistas sociales que deben afrontar estas comunidades. La cultura indígena nos deja formas de organización, leguas y valores muy heterogéneos. Hoy en día, los pueblos indígenas están en peligro de desaparecer, poniendo en riesgo, no sólo la supervivencia de familias enteras, sino también un legado difícil de recuperar tras su extinción.

Los pueblos indígenas cuidan la naturaleza y conciben los seres vivos, el paisaje y los recursos en su totalidad material y espiritual, y no sólo como herramientas para usar. En general, no existe una separación entre la naturaleza y lo sagrado, y esto permite que cuiden su entorno de forma inteligente y bondadosa, evitando daños en el medio ambiente.

Cada día, los pigmeos baka está asumiendo el papel activo que deben desempeñar en la lucha por ser dueños de su destino y la defensa de sus derechos. Aunque todavía no son mayoría los que han adoptado este papel, los jóvenes que tienen oportunidad de acceder al sistema educativo se están convirtiendo en los protagonistas del cambio. De ellos depende que su pueblo sobreviva o desaparezca, disolviéndose en la cultura dominante.

No hay que tener miedo a la reflexión y a las equivocaciones, lo importante es emprender la marcha teniendo clara la meta: la supervivencia, el empoderamiento y el reconocimiento del pueblo baka. Estos jóvenes no muestran ningún temor. Están forjando una conciencia crítica que se ha convertido en la brújula que les guía en su caminar. (Chema Caballero).