Hoy celebramos el Día Internacional del Voluntariado y desde Zerca y Lejos nos queremos sumar a la celebración de una figura tan importante para nosotros/as.
La mayoría de personas que forman la gran familia de ZyL son voluntarios y voluntarias. Desde el 2001 han estado con nosotros unas 1.300 personas que ceden de forma altruista y solidaria una parte de su tiempo libre para trabajar por el cambio. Además, nuestra organización abre las puertas de Camerún a todos aquellos que quieren descubrir la realidad de este país y no se conforman con verlo desde la distancia. Un total de 118 voluntarios hicieron durante todo este año sus maletas y pusieron rumbo a Camerún para integrarse en los proyectos sobre el terreno.
Este día hay que celebrarlo. Por ello, una voluntaria de Zerca y Lejos nos ha escrito una pequeña carta para entender la importancia del trabajo que tenemos en marcha. Se llama Rebeca, tiene 31 años y además de viajar a Camerún, colabora con nosotros también en España.
Un día despiertas y te das cuenta de que ya no estás en la selva, ya no estás en la misión católica de Adjoli de Bengbis. ¿Ha sido un sueño? No lo ha sido. Abro los ojos y pienso en lo rápido que ha pasado un mes. Parece mentira. Zerca y Lejos me ha dado la oportunidad de aportar mi granito de arena durante un mes entero en Camerún. Aunque a veces pienso que ha sido Camerún el que me ha ayudado a mí.
Un jueves de hace ya bastantes meses estás dando un paseo por la feria del sector odontológico Expodental y te encuentras con un pequeño stand que se llama Zerca y Lejos ONGD. Te acercas a informarte y con un simple email comienza todo.
Es entonces cuando se empieza a despertar dentro de ti un gusanillo que hace muchos años que llevas dentro pero que creías dormido. Comienzas a conocer el trabajo de una organización joven. Joven pero con ganas. Joven pero con alma. Y te das cuenta de que tú también quieres formar parte de ello, que puedes hacerlo y que te están recibiendo con los brazos abiertos.
Algunos meses y reuniones después, llegas entre nervios y gente desconocida a un país caótico. Pero aún no te enteras de nada, aún te falta mucho por ver. La pobreza, la enfermedad, la injusticia, el hambre, pero también la generosidad, la vida, el amor y la felicidad.
Camerún me ha enseñado qué significa no tener nada y, lo que es peor, no ser nadie. En esa situación se encuentra la población de etnia pigmea baka que vive en Camerún. Les sacaron de la selva y les robaron su identidad. Pero son generosos y cariñosos, tienen una mirada que no se olvida.
Y una experiencia así te cambia. Te das cuenta de que las cosas no suceden por casualidad y que una ONG como esta, aunque sea pequeñita, hace muchas cosas, un mundo para la población de Camerún y necesita el trabajo de muchas personas voluntarias y comprometidas. Necesitan a gente como tú, que te has interesado y estás leyendo esta carta.
Rebeca./p>
Es mucho el trabajo que hay que realizar para mantenernos firmes en nuestra lucha contra la pobreza. Y es que para trabajar por el cambio, tanto en España como en Camerún, necesitamos sumar a muchos corazones a la causa.
No importa la edad, profesión y el lugar de residencia. Aquí cada persona encuentra su sitio ¡Atrévete y encuentra el tuyo!
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