En todas las culturas el papel de la mujer es fundamental e imprescindible. Pero, con motivo del Día Internacional de la Mujer Indígena, queríamos destacar a las Baka por ser el motor de esta etnia.
Las mujeres Baka deben madurar muy pronto. Su niñez y juventud prácticamente se fusionan ante la llegada de un matrimonio a edades muy tempranas. Son pocas las que han podido ir a la escuela aunque en la actualidad, gracias a proyectos como los que lleva a cabo Zerca y Lejos pueden estudiar.
Hay que admitir que hombre y mujer no son iguales en estas sociedades. A ellas se las trata siempre en inferioridad pero aún así tienen un papel que no podemos dejar de destacar.
Sus bodas suelen ser con hombres de su misma tribu. Desde el inicio tienen su propio hogar y temprano comenzarán a formar una familia. Tanto es así que es muy habitual que nuestros voluntarios se sorprendan a ver a mujeres de sus edad (unos 22 años) con dos o tres hijos a su cargo. Dicho así parece algo fácil pero no debemos olvidar que en Camerún apenas hay hospitales y que el seguimiento de su embarazo se hace a través de dispensarios de ZyL y, llegado el momento del alumbramiento, con la ayuda de las parteras tradicionales, gracias a las cuales nacen centenas de niños en estas recónditas aldeas.
El día a día de las mujeres Baka en su hábitat rural es rutinario pero más una vez fundamental para sustentar a la familia.
Una mujer baka se levanta, quizás a las 5 o 6 de la mañana, cuando comienza a salir el sol. Probablemente ya está cansada porque con suerte ha dormido en una cama de bambú con su marido y todos sus hijos, quizás en el suelo o quizás no ha dormido.
Además del cuidado de la casa y sus niños debe preocuparse de ir a buscar agua al río, fuente o pozo más cercano cargando con ella en la cabeza (no siempre cerca ni en las condiciones óptimas) y conseguir la comida.
Si ha sobrado comida del día anterior, dará a su marido e hijos de comer y luego comerá ella. Si no, invertirá mucho tiempo en conseguir los alimentos y prepararlos.
Si bien es cierto que los hombres son los encargados habituales de la caza, hay algunas Baka que también han hecho avances en este terreno para ser más independientes.
Algunos poblados y familias cuentan con pequeños terrenos que trabajan creando huertos con ayudas de ZyL. Y, además, si cerca tienen un río, son muchas las que pescan. No a través de una caña sino creando un pequeño dique con palos para que los peces queden atrapados en medio y sea más fácil cogerlos. Sea trabajando en el campo o en el río, siempre se echará a su hijo más a pequeño a la espalda y lo atará con un trapo, ya que éste tiene que ser amamantado.
Las más emprendedoras, a través de los proyectos de ZyL, han aprendido oficios valiosos como el de costureras que les ayuda a aprender, tener la posibilidad de crear sus diseños (tanto para ellas, como para las familias y posibles compradores) y de ser algo más independientes económicamente.
En cualquier caso, al final del día, volverá a casa casi con la caída del sol, y si ese día ha sido de recolecta, cargara con todo ello en la cabeza y con su hijo a espaldas. Una vez este en casa cocinará para su familia. El menú habitual es mandioca, hojas de mandioca, cacahuetes planten o maíz. Todos los miembros de la familia comerán y tras alimentarse, será ella también la responsable de lavar los utensilios.
Con conseguir el sustento diario, cocinar (debido a sus métodos tradicionales es muy laborioso y requiere una gran inversión de tiempo), atender a los niños y al marido… Apenas tienen tiempo para ellas. Pese a ello, siempre te reciben con una gran sonrisa, te abren su casa con las puertas abiertas y son capaces de narrarte historias diarias increíbles aunque ellas las vean y cuenten con total naturalidad.
Según Patricia Postigo, antropóloga y voluntaria de larga estancia de ZyL en Camerún, «la mujer Baka es conocida por sus maravillosos cánticos tradicionales a varias voces, por ser una experta en construir las casas tradicionales donde vive toda su familia y por estar detrás de todas las decisiones tomadas por el jefe del pueblo; pero siempre detrás, sin que se vea que ha sido ella la que ha guiado y hecho posible cada paso».
En definitiva, la mujer Baka es una heroína, una mujer a cargo de toda la familia en todos los sentidos y una fantástica madre.
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