Elena Aranda es una de las dos nuevas coordinadoras técnicas en el departamento de proyectos de Zerca y Lejos ONGD.

Elena se encarga desde este mes de julio de coordinar, verificar y analizar los proyectos que la ONGD desarrolla. Este trabajo le permitirá estar, todavía más, en contacto diario con todos los miembros del equipo, tanto en España como en los países en los que Zerca y Lejos está presente.

“No lo pensé. Simplemente, lo sentí”

En el año 2007, Elena estaba estudiando Arquitectura Técnica y Vicente, el capellán de su escuela, voluntario de Zerca y Lejos en esa época, les contaba en sus clases el trabajo que desempeñaban los voluntarios de la organización. Al mismo tiempo, les enseñaba imágenes del trabajo en terreno, de la zona de Bengbis y de su población. “En cuanto vi las fotos, sentí que quería ir allí”, explica Elena. Cuenta que desde ese momento supo que quería formar parte de ese trabajo. “Fue algo que me nació de dentro, no lo pensé, simplemente lo sentí”. Ese mismo año, durante el verano, fue por primera vez como voluntaria a Camerún.

Un nuevo reto: una gran oportunidad

El puesto de coordinadora técnica de proyectos implica la gestión de los diferentes proyectos que la ONGD desarrolla en la actualidad. Desde el acompañamiento técnico a la gente que se encuentra en terreno implicada en los mismos hasta su gestión financiera, pasando por la creación de espacios de communication con profesionales de otras organizaciones y la formación de los trabajadores, tanto en sede como en terreno.

Para Elena, este último punto es de especial interés. Y explica que, “la gran inclusión de trabajadores locales en el desarrollo y puesta en marcha de los proyectos le da Zerca y Lejos un valor añadido”. Es algo que en su primer viaje veía demasiado lejano, pero cree que “cada vez más, los proyectos están pensados y manejados desde el lugar dónde se realizan y por sus propios beneficiaros”, lo cual, opina, significa un gran avance en la organización y la calidad de su trabajo.

 

En resumen, su trabajo se centra en tener en cuenta y poner en marcha todo aquello que sea necesario para la mejora de la calidad y viabilidad de los proyectos.

“Este nuevo puesto para mí es una gran oportunidad. La verdad es que me siento muy afortunada de poder tener un crecimiento personal y profesional dentro de Zerca y Lejos. Profesionalmente es una oportunidad para poder seguir creciendo y aprendiendo junto a un gran equipo de profesionales. Y, personalmente, podré tener el tiempo que siempre he deseado para dedicárselo a la ONGD, implicarme al máximo y poder estar en contacto día a día con el trabajo que realizamos entre todos y todas”.

La energía de la selva camerunesa

Elena reflexiona y recuerda cómo fue su primera experiencia en Camerún. “Todo era muy diferente a cómo están las cosas ahora, pero a la vez sigue siendo lo mismo”.

Dice lo mismo de la ONGD, donde, explica, la parte humana sigue siendo igual. “Es un pozo de amor y amistad que siempre genera un torbellino de energía en cada uno de nosotros/as. Zerca y Lejos es la gente que lo forma y la unión que hace que podamos seguir creciendo”.

Sin dudarlo, recomienda y anima a todas las personas a empezar la aventura del voluntariado. “Tener la suerte de poder respirar el aire de la selva y toda su energía, de aprender de ellos y con ellos y de poder compartir momentos irrepetibles con los compañeros cameruneses y españoles es algo que hace que tu forma de pensar y de vivir se transforme y te llene de felicidad”.

ZyL en tres palabras

Tras más de diez años en la organización, Elena define Zerca y Lejos como “familia, amor y superación”.