Blaise ha crecido en el pueblo de Zoulabot, junto al pueblo baka con el mismo nombre. Pese a ser de etnia bantú, es una de las personas en las que más confían los pigmeos baka de los pueblos de Djoum y Minton, ya que han crecido juntos.
“Recuerdo que les invitábamos a dormir en casa, eran mis vecinos. He crecido aprendiendo las lenguas baka y fang”. Una vida de trabajo junto al pueblo baka ligada a la educación en los Centros de Educación de Base No Formal (CEBNF) que prepara a los alumnos para afrontar la Educación Primaria en 21 pueblos del sur de Camerún.
“Antes de Zerca y Lejos trabajé junto a las ONG’s Dokita, el padre Julio y una ONG italiana, quienes gestionaban los centros preescolares comunitarios”. Zerca y Lejos recibió en 2010 una herencia de centros de educación preescolar comunitaria (CPC) que ya habían pasado por cuatro ONG’s, todas ellas fallidas, en asentar el método ORA de Educación No Formal en las regiones de Djoum y Mintom. Blaise ha sido testigo de ese legado. Este 2017, los CPC’s han sido reconocidos por el Estado como Centros de Educación de Base No Formal (CEBNF).
Los 25 CPC’s alrededor de las regiones de Djoum y Mintom provienen de un proyecto nacido en el este de Camerún en los años ochenta: un sistema de centros de educación no formal que tiene por objetivo acercar la escuela preescolar a los pueblos pigmeos para darles la oportunidad de poder acceder a una educación primaria de calidad. Así se creó el Método ORA, impulsado por el padre holandés Pére Antoine.
“Constató que los baka no estaban escolarizados ya que los colegios estaban situados en las grandes ciudades bantú, los baka tenían complejo de inferioridad”. Para permitir su educación creó un método pedagógico basado en la observación, la reflexión y la adaptación, orientado a los alumnos que viven en la selva.
Un sistema que una vez implantado se trasladó al sur de Camerún, algo de lo que Blaise fue testigo en el año 2000. “Nos formamos como profesores y dinamizadores del método. Es un sistema cooperativo, de respeto hacia la cultura y colaboración”. Cada día desde hace más de 17 años, Blaise forma a los alumnos de 3 a 6 años para tengan una buena base con la que llegar a la educación primaria a través de la escritura, la lectura y el cálculo.“No tenemos por objetivo darles un diploma, sino que aprendan a compartir conocimientos”.
Un sistema pedagógico del que está convencido es el arma para cambiar el destino del pueblo baka. “Si los baka no tuvieran este sistema no podrían ir al colegio. La educación es la herramienta con la que pueden desarrollarse”. Sin embargo, implantar un nuevo proyecto pedagógico en el sur no ha resultado fácil en muchos pueblos de la región, anclados en las tradiciones pigmeas. “Antes pasaban meses en el bosque en vez de ir a la escuela y ahora cada vez pasan menos tiempo. Vemos cómo los hermanos pequeños acuden a la escuela con los mayores, aunque aún hay casos de abandono escolar por falta de medios y seguimiento”.
Un proyecto donde las familias colaboran aportando materiales y trabajo para la construcción del centro preescolar, así como una vivienda donde pueda dormir el profesor. El profesor, además hace labores de auxiliar de salud, fomentando los hábitos higiénicos entre los niños y niñas y detectando los casos de enfermedad grave entre los habitantes del pueblo. “Ha habido un gran cambio desde 1997 hasta hoy. Hay menos nomadismo y la mayoría de los menores que nacen acuden al colegio a partir de los tres años y continúan en primaria, tenemos la primera generación de pigmeos baka interesados por la escuela”.
Sin embargo, Blaise afirma que el reto que aún queda por delante pasa por conseguir que los estudiantes pigmeos baka que quieran continuar sus estudios en educación secundaria, puedan hacerlo. “Los alumnos paran los estudios por falta de medios”. Una educación que no sólo debe centrarse en los alumnos, sino en la concienciación de los padres.
“Debemos trabajar la lucha por la autonomía con los padres, ya que muchos no tienen recursos ni alimentos, uno de nuestros retos es conseguir su autosuficiencia a través del trabajo de la tierra”.
Para Blaise, los retos en el ámbito educativo son amplios. No sólo pasar por facilitar el acceso a la educación primaria, sino por fortalecer la educación pública junto a las instituciones del Estado. “La educación aporta el desarrollo de una persona. Estamos formando a una generación de pigmeos baka que puedan estar al mismo nivel que el resto de la sociedad”.
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