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Según datos de la OMS, a nivel mundial el 15% de las personas presenta algún tipo de discapacidad, ya sea física, mental o social. Concretamente, entre 110 y 190 millones de los mayores de 15 años tienen grandes dificultades funcionales, y esta tasa no deja de aumentar debido tanto al envejecimiento poblacional como a la mayor prevalencia de enfermedades crónicas. El 80% de estas personas viven en países en vías de desarrollo. El 3 de diciembre se celebra en todo el mundo el Día Internacional de las Personas con Discapacidad para llamar la atención sobre sus principales problemas y las dificultades que tienen a nivel social.

En ciertas regiones de África como Camerún, además de luchar por afrontar el día a día con las dificultades propias de una minusvalía, las personas con discapacidad son sistemáticamente discriminados y considerados parias. El amplio arraigo de las supersticiones y la creencia generalizada en la brujería conducen a la estigmatización y a su exclusión social. Ante esta situación y como consecuencia, muchos viven en la mendicidad, rechazados por su propia familia y sin medios para cambiar su forma de vida. Analfabetismo, desnutrición, enfermedad, aislamiento y, en ocasiones, persecución.

Son los más pobres de entre los pobres, los más vulnerables y los que más situaciones de violencia sufren.

Los discapacitados sufren más comorbilidades que la población general y son más vulnerables ante la falta de asistencia sanitaria. Pese a sus mayores necesidades, éstas no se cubren adecuadamente y en ocasiones, su seguimiento es menos exhaustivo que el del resto de la población. La OMS estima que en los países en vías de desarrollo entre el 76 y el 85% de las personas que tienen un trastorno mental grave no reciben una atención sanitaria adecuada a sus necesidades. Estas cifras se reducen al 35-50% en los países industrializados.

Acción contra la discriminación

Zerca y Lejos lucha por una convivencia social pacífica entre los Baka, una etnia pigmea semi esclavizada que habita en la selva del sur del país, y los bantús. Para luchar contra la desigualdad fruto de su marginación, tenemos en marcha cuatro grandes planes (educación, salud, habitabilidad básica y desarrollo socioeconómico) con los que pretendemos reintegrar a los Baka en la sociedad camerunesa.

Nuestros voluntarios de salud de larga estancia están al tanto de las necesidades especiales que requieren las personas con discapacidad y trabajan para proporcionarles la mejor asistencia posible con los recursos de los que disponen. Asimismo, guiándonos por nuestro compromiso de ayudar a los más débiles y con la intención de ser un ejemplo de inclusión, hemos formado y contratado a personas marginadas tanto por su procedencia social como por alguna minusvalía.