Patricia Postigo, enfermera y antropóloga que ha trabajado y convivido dos años con el pueblo Baka gracias a su voluntariado con ZyL, nos define a esta sociedad y sus principales características con motivo del Día Internacional de los Pueblos Indígenas. Descúbrelo en primera persona a través de su relato… El nombre de Pigmeos viene del griego “pygmaios” y significa hombre pequeño. Estos hombres, habitantes de la selva africana, fueron denominados de esta manera después de expediciones en África central en el año 2.400 a.C. También se les conoció como los hombres de la selva que bailan delante de Dios.
El modo de vida de los pigmeos se remonta a sus ancestros: desde hace millones de años ellos han sido cazadores –recolectores.
Tienen una gran visión del universo. Están siempre en contacto directo con su madre: la selva. Dan una gran importancia a la vida en sociedad, mantienen la cultura de compartir y no aprecian los bienes materiales, quizás, porque la selva les entrega todo lo necesario.
Dentro de la etnia pigmea existen numerosos grupos : Aka, Twa, Bongo, Mbuti, Baka Cwa y Kola; pero, en este caso me centraré sobre todo en los Baka.
Los Baka son uno de los pueblos autóctonos del África Central. Habitan en la selva del Sureste de Camerún, Norte de la República del Congo, Norte de Gabón y Sur-oeste de la República Centro Africana (ver mapa).
Es muy difícil estimar el número exacto de su población, pero los datos indican que existen entre 70.000 y 50.000; de los cuales, entre 60.000 y 40.000 se encuentran en Camerún.
Los cazadores-recolectores son sociedades nómadas, se van moviendo por los territorios para conseguir sus fuentes de alimento. Se desplazan en clanes o familias por territorios más o menos extensos dependiendo de las riquezas que pueden encontrar en cada lugar. En muchas ocasiones, la movilidad es estacional ya que depende mucho del periodo de lluvias.
Este grupo busca siempre la máxima eficiencia, invirtiendo el mínimo esfuerzo, ya que no tienen la necesidad de guardar o almacenar. Explotan todo lo que la selva les entrega: la caza, la pesca, el agua, los frutos, incluso los materiales de construcción de sus alojamientos.
Aproximadamente hace 60 años la población Baka sufrió un proceso de sedentarización, haciendo que cambiaran completamente su modo de vida. Los clanes tuvieron que abandonar en gran medida la recolección de frutos y la caza por la agricultura a la vez que se iban integrando en la sociedad de su pueblo vecino, los Bantous.
«Estos son mis pigmeos», son las palabras del pueblo vecino. Los Bantous se consideran los «grandes negros», superiores a los pigmeos, pero, en realidad, los necesitan ya que pueden cazar y conocen la selva. Son capaces de enfrentarse a los gorilas o los elefantes; de encontrar los arboles que contienen miel y de limpiar sus cultivos de café o cacao.
Todavía muchos pigmeos continúan con sus actividades de subsistencia tradicionales, practican su lengua y tradiciones, pero cada día corren mayor peligro de olvidarse.
En la actualidad, al pasearte por un poblado Baka, la realidad se aleja mucho de ese imaginario de los pueblos cazadores-recolectores. Por eso, con estos relatos, acercándote a su día a día y a través de parte de los proyectos de ZyL esperamos que no se pierdan sus orígenes, esencia y razón de ser.
Información e imágenes de Patricia Postigo
Medio siglo añorando la selva says:
29 abril, 2015 at 11:50 am -
[…] es uno de los 50.000 pigmeos baka que un día habitaron las selvas de Camerún. Ahora vive en Akonetyé, un pequeño […]