Una vez más, nuestra voluntaria optometrista Azahara Sánchez nos abre su corazón y nos regala sus recuerdos para explicarnos cómo fue su estancia en Camerún ejerciendo como profesional en el proyecto de salud visual y oftalmología.
Para comenzar a contar cual fue mi experiencia profesional más gratificante en Camerún creo que es necesario ponerlo en contexto. Con 18 años elegí o ella me eligió a mi (siempre me asalta esa duda) la carrera de Óptica y Optometría, aquello fue amor a primera vista es una pasión que me acompaña desde entonces y espero que sigamos juntas en el camino de la vida. Creo que somos pocos los que dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo a trabajos que nos apasionan y nos permiten disfrutar de nuestra profesión. Siempre he aplicado mis conocimientos en diversos trabajos unos muy buenos otros menos buenos pero en todos ellos con el agobio de cual ha sido la facturación de este mes, la crisis nos permite tomar medidas… y un sin fin de etcéteras.
Llego a Bengbis un 19 de Agosto, día en el que con toda la energía de la que disponen estos huesitos me pongo a trabajar. Da igual que sean las 7 de la tarde y estemos a oscuras, da igual que se vaya la luz y tengamos que hacer verdaderas virguerías para seguir trabajando, es indiferente que cuando acabemos la consulta nos quedan 1000 gafas por graduar porque estoy allí haciendo lo que más me gusta en la vida y por primera vez con la mayor gratificación que había sentido en mi vida.
He visto como gente que no podía leer, con una simple gafa has solucionado sus problemas. Pero si tuviera que quedarme con un caso concreto, con una cara en particular me lo encontré en mis últimos días allí. Era un niño al que había visto la oftalmóloga Laia en una de las campañas y me lo remitió a mí a Bengbis para graduarlo. Cuando entra por la puerta de la consulta me encuentro a un precioso y sonriente niño albino, mi cerebro empezó a trabajar a mil por hora y a sacar toda la información de la que dispongo de mi formación continuada en cuanto a este tipo de casos.
Para los que no tengan conocimiento de ello los albinos presentan muchos problemas oculares asociados, entre ellos el nistagmus y astigmatismo elevados. El nistagmus es un movimiento involuntario de los ojos que no permite fijar la visión con su correspondiente bajada de agudeza visual. En el mejor de los casos hay una posición de mirada que este movimiento se bloquea. Cual fue mi sorpresa que el nistagmus de este niño se bloqueaba en convergencia eso significaba que si lo graduábamos bien ¡no iba a tener problemas en el estudio! Después de sacar la refracción obtenemos 4 dioptrías de astigmatismo en ambos ojos, a pesar de disponer de tantas gafas son graduaciones muy complicadas e inhabituales. En ese momento se me encendió la bombilla. Si no me fallaba la memoria días antes yo había graduado unas gafas con esa graduación, ¡¡no me lo podía creer!! Salí corriendo a buscarlas y no me equivocaba, era su graduación, la gafa era de su tamaño y la distancia interpupilar era la suya. Era como si hubiera ido a la óptica a hacerse una gafa a medida.
Todo esto que explico de manera muy técnica ¿qué significa? Significa que de tener una visión en cerca de 30% pasó a ver el 100%. Respiré y me dije: este niño seguirá con problemas de piel, con problemas de exclusión debido a su color de piel (paradójico ¿verdad? ¡Por ser blanco!) Pero he garantizado que pueda estudiar y no tenga problemas en el colegio.
¿Quien te dice que no pueda haber una nueva generación de ópticos en Camerún? Habrá quien piense que soy una soñadora y no se equivocará pero lo que si me ha quedado claro estando allí es que los sueños con esfuerzo y por encima de todo pasión se pueden conseguir.
Cuento los días para volver, allí me dejé todo mi corazón. Azahara Sánchez
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