Adentrándose por la carretera de tierra rojiza camino de Bengbis, al suroeste de Camerún, se encuentra la misión católica de Adjolí. Una misión conocida no sólo por ser el lugar de peregrinaje de fieles cristianos y donde acuden las mujeres embarazadas a su dispensario. Es el lugar donde han sido educados los primeros estudiantes pigmeos baka gracias al Hogar Infantil de Bengbis.

img_1492-copy

Un hogar que ha permitido el nacimiento de una generación de jóvenes pigmeos que comienzan a luchar por el futuro de su pueblo reivindicando sus derechos dentro de la sociedad. “Mamá Lilliane comenzó a adoptar niños cuando los voluntarios de ZyL llegaron a Adjolí y empezaron a ver cómo ayudar a los niños baka en su escolarización”. Sylvain Fouda es el responsable del Hogar Infantil, un hombre bantú de 45 años, hijo adoptivo de Mamá Lilliane, quien ha visto crecer a los alumnos de la escuela de Adjolí.

“Mi hermano mayor, Parfait, tuvo una pelea en la que acabamos en el dispensario de Mamá Lilliane en Adjolí”. Desiré Miankeuh y Parfait Miankeuh son dos de los primeros siete alumnos del Hogar Infantil. “No sé cuántos años tenía entonces, en torno a los ocho o nueve años”. Desiré nació en Ndjibot, un poblado baka con una población que gira en torno a los 300 habitantes, el primer pueblo con el que Zerca y Lejos comenzó a colaborar. “No sabía francés, leer ni escribir, ya que nunca había ido al colegio”.

responsable hogar infantil bengbis

Sylvain Fouda, responsable del Hogar Infantil de Bengbis

Francis Guzmán y María Rebollo, son los propulsores junto con Mamá Lilliane, de haber formado a los jóvenes pigmeos baka, desde que sus vidas se cruzaron en 2002. “El jefe del pueblo de Ndjibot, Miankeuh Samuel, nos pidió la escolarización de sus hijos, entre los que estaba Desiré. Tomamos la decisión de escolarizarlos con el apoyo indispensable de Mama Liliane a quien le pedimos que los supervisase y les diese los alimentos que le dejábamos pagados, (ella ya tenía un grupo de niños bantúes en unas instalaciones de la misión para garantizar su escolarización)”.

Fue el comienzo del que hoy es el hogar infantil de Bengbis, un hogar en el que los estudiantes pigmeos pudieran dormir durante el tiempo que dura el curso escolar. “El primer hogar fue una vivienda que nos prestaba la misión, con los cuidados de Parfait, al que matriculamos en el liceo técnico de Bengbis, que se hizo cargo de los pequeños y favoreció el consentimiento del jefe del pueblo”.

Desiré junto a siete hermanos pigmeos comenzaron a quedarse a dormir en el hogar infantil y estudiar Educación Primaria en la escuela de Adjolí. “Era una casa al lado del que hoy es el hogar de las niñas”. Mamen Lilliane era una de esas alumnas. “Mi padre murió y mi madre no tenía dinero para pagar el colegio”. Al quedarse viuda su madre, tuvo que abandonar la escuela pública y convencida sus hermanos, comenzó a estudiar en Adjolí. “Desiré y Parfait me convencieron para venir, tenía ganas. Éramos siete alumnos en clase”.

responsable hogar infantil bengbis

Desiré y Lilliane, los primeros alumnos del hogar infantil de Bengbis

Un hogar que se sentía así por los propios estudiantes, aunque no por muchos padres quienes no comprendían por qué los alumnos debían dormir fuera de sus casas, como la madre de Lilliane. “Mi madre al principio no entendía por qué no iba a casa después de la escuela, pero entendía la importancia del hogar”.

Muchos alumnos además se escapaban de nuevo a sus pueblos al no comprender la razón de la escolarización, tal y como explica Sylvain. “Al principio era difícil porque los niños se escapaban y era yo quien iba a buscarlos. Iba a los pueblos a hablar con los padres porque realmente era quién conocía a los padres”.

Mamá Lilliane quería continuar la escolarización de los pigmeos baka, de siete pasaron a 14 estudiantes bakas en Adjolí. Dos años después, en 2004, fue construido el Hogar Infantil con las manos de los propios habitantes de Ndjibot. “En el tercer año ya éramos veintitantos niños”, cuenta Desiré.

Una vez los primeros estudiantes estuvieron escolarizados, un equipo formado por María Rebollo y Francis Guzmán, fundadores de ZyL, Sylvain, responsable del Foyer y Parfait, acudieron al resto de pueblos baka sensibilizando sobre la importancia de la educación a padres y alumnos, tal como afirma Sylvain. “El jefe de Ndjibot nos permitió el diálogo con otros bakas.

“Comenzamos una pequeña guerra contra el esclavismo en la ruta de Mekas, hacia sur: explicando que no eran esclavos de personas y que con la escolarización podían ser grandes personas”.

responsable hogar infantil bengbis

Alumnos matriculados en la Escuela Primaria de Adjolí

Una lucha contra el esclavismo que ha permitido la escolarización de 350 alumnos este 2016, 150 de los cuales son pigmeos baka que duermen en el hogar infantil de Adjolí. Romeo Ekawone tiene 24 años y actualmente es el auxiliar del Hogar Infantil, un hogar que conoce muy bien ya que comenzó a vivir en él a los 11 años. “La primera vez que oí hablar del foyer estaba estudiando en el instituto, vino la ong a hacer una campaña de sensibilización a mi pueblo, Koua, y mis padres me animaron a ir a estudiar a Adjolí”.

Un hogar para la diversidad

Una escolarización que pasa lo primero de todo por establecer una rutina diaria, tal y como explica Romeo. “La vida en el foyer está bien, te sientes cómodo. Hay 6 niños por habitación. Nos levantamos a las 06:00 a.m. y hacemos dos turnos: unos se duchan y otros desayunan, y luego al revés. El colegio empieza a las 07:30 a.m. Tenemos media hora de recreo y terminamos a las 12:30 p.m. para comer hasta las 12:45 cuando volvemos hasta las 14:30h. Después del colegio jugábamos, íbamos a por agua, nos duchamos y vamos a estudiar. Tenemos dos horas de estudio. Después de estudiar tenemos 10 minutos de tiempo libre y a las 20:00h estamos en la cama”.

Alumnos del Hogar Infantil del Niños en 2016

Alumnos del Hogar Infantil del Niños en 2016

Lilliane la recuerda como una de las mejores de su infancia. “Nos levantábamos por la mañana, íbamos tres veces a por agua a la fuente de Monet Lobo para cocinar, bañarnos y lavarnos. Siempre estábamos juntos y estábamos muy contentos. Era como si estuviese con mi familia”.

Un hogar infantil al que no sólo no sólo acudían pigmeos baka, sino cualquier estudiante que no pudiera permitirse una escolarización, tal y como afirma el fundador de ZyL. “Prácticamente todas las familias bantúes de la zona son pobres. Eran huérfanos o niños en situaciones que no garantizaban la escolarización”.

Un convivencia entre etnias que ha favorecido la tolerancia y la amistad entre los estudiantes, una herramienta para luchar contra la discriminación del pueblo baka, tal y como afirma Sylvain. “El primer grupo de alumnos era un pequeño grupo de bakas y un pequeño grupo de bantúes. Si hubiéramos hecho un foyer baka y un foyer bantú hubiera sido racista. Los baka tenían mucha diferencia con los demás porque se encontraban fuera de su entorno”. Una integración que se realizó poco a poco, tal y como explica Francis. “Primero en el colegio, luego en comedores y finalmente durmiendo juntos”.

Un futuro de jóvenes baka formados

Lilliane ahora tiene 25 años y es higienista dental, al igual que Desiré, quien además es auxiliar de sanidad. Parfait es profesor de un centro preescolar en Djoum y son ahora sus hijos quienes acuden al hogar infantil para educarse. Un cambio en el pueblo baka que pasa por el futuro de sus jóvenes formados, tal y como afirma Sylvain Fouda. “El cambio es muy grande. Al ver el cambio me siento contento porque es como si tuvieras éxito, no espero nada de ellos pero estoy orgulloso de ellos”.

Parfait Miankeuh, primer alumno del Foyer, ahora profesor de Educación Preescolar

Parfait Miankeuh, primer alumno del Foyer, ahora profesor de Educación Preescolar

El hogar infantil no sólo proporciona una educación, sino que sienta los cimientos del futuro baka construido con sus propias manos. “El objetivo de aquí a 10 años es que los bakas sean más responsables y libres y que sean ellos quienes continúen los proyectos. Romeo algún día será responsable del Foyer.

“Poco a poco los baka tendrán autonomía, tendrán conciencia de que la escuela es la vida. Son personas inteligentes”, Sylvain Fouda

Para Sylvain, la escolarización plantará la semilla que les permitirá tomar conciencia de su autonomía en la sociedad. “Mi sueño es formar a una élite baka, no saben que un baka puede llegar a ministro o suprefecto. Piensan que son cosas reservadas a los bulu y en general, si los baka pueden tener una élite, a alguien que esté en el campamento y que sea respetado por los bulu, todos los baka querrán ser como él. Comprenderán que el colegio les hace diferentes. El colegio no es sólo para leer y escribir sino también para desarrollar la cabeza”.

Romeo Ekawone, creció en el hogar infantil y ahora trabaja como auxiliar cuidando a los estudiantes del Foyer

Romeo Ekawone, creció en el hogar infantil y ahora trabaja como auxiliar cuidando a los estudiantes del Foyer

Si hay algo en lo que coinciden los primeros alumnos del Foyer, es la importancia de la educación para haber podido tomar las riendas de su destino, algo que Parfait no duda en afirmar. “Si no hubiera ido al colegio mi vida hubiera sido muy negativa. No hubiera llegado a nada. Todo lo que tengo es porque he ido a la escuela. Desiré está aquí gracias a que ha ido a la escuela. La importancia de la escuela es prepararse para el futuro. Gracias a la educación ahora puedo enseñar a niños, ser parte de ZyL y hacer algo importante”.

El sueño de Romeo también pasa por la educación. “Mi sueño es cambiar mi pueblo, tener un diploma y combatir contra los bantués. Por eso estoy orgulloso de ayudar en los proyectos, en un futuro me gustaría que mis hijos fueran al colegio”.

Un futuro próximo que pasa no sólo por la escolarización de los menores de los pueblos baka, sino por concienciar a los padres de la importancia de la escolarización, algo en lo que Sylvain comienza a trabajar. “Los bakas deben aprender a escolarizarse por ellos mismos. En los pueblos la persona más anciana y sabia no ha ido al colegio y la más joven está escolarizada. Si los padres cultivan la voluntad de escolarizar al hijo, el hijo tendrá la conciencia de la educación”.