Texto: Nicolás Espada , Coordinador en terreno del proyecto de ADH. Fotografías: François Fouda, Técnico agrícola y Nicolás Espada.

¡Abalen Oye, Abalen Oye! Con este grito empieza el grupo a guardar silencio para dar comienzo a la reunión. El presidente, Moize, toma la palabra para dar la bienvenida a los asistentes, agradecer su presencia y agradece también al anfitrión por acogerlos y haber organizado la reunión. Una vez hecho esto empiezan los aportes de cuotas al anfitrión y a las cajas comunitarias.

Un sábado cada dos semanas, el grupo“Abalen” (en lengua Baka) del pueblo de Ndjibot, se reúne para llevar a cabo este proceso. En cada reunión hay dos anfitriones (un hombre y una mujer) que recibirán la cuota de cada hombre, el hombre, y de cada mujer, la mujer. Actualmente hay en funcionamiento tres cajas en el grupo: la caja de seguridad, la caja de ahorro, y la caja de acogida. 

Si bien el grupo funciona, llevando siete reuniones y 14 beneficiarios este año, el camino no ha sido fácil. A lo largo del proceso ha habido también dificultades, sin embargo, el buen funcionamiento de este año ha estado fundamentado especialmente en mantener la motivación y el respeto del reglamento interno del grupo. En este figuran, por ejemplo,  sanciones ante ciertos comportamientos, o la elección y destitución del órgano de gestión.

“El órgano de gestión está funcionando mejor que otros años porque la gente está más implicada. Estoy muy motivado a seguir ahorrando, voy guardando el dinero para las cajas.” Jambene Pierre.

“En alguna reunión hemos tenido que multar a algunos miembros por indisciplina, y accedieron a pagar las multas.” Koumbe Moise.

La reunión empieza con las cuotas, se llama a cada uno de los miembros del grupo que irán dando el dinero mientras que el secretario y vicesecretario anotan las entradas. Una vez todo el mundo ha sido llamado, comprueban las cuentas y se hace la entrega del dinero a los anfitriones. Hecha la entrega se procede a hacer los aportes a las cajas comunitarias. El funcionamiento es el mismo, se llama a cada persona y esta dice si desea participar en alguna de las cajas (caja de seguridad, caja de ahorro, y caja de acogida) y con cuánto. Al final, el dinero que no se distribuye a las cajas comunitarias se entrega a la tesorera para guardarlo.

La caja de ahorro sirve al grupo para prestar dinero entre los miembros del grupo y llevar a cabo proyectos personales. Las reglas de préstamo están fijadas en el reglamento interior. 

La caja de seguridad está destinada a hacer frente a emergencias como puede ser llevar a alguien al hospital u organizar un funeral. 

“Tengo el proyecto de comprar ollas y platos para mi casa” Ekeng Valery.

“Entre mis proyectos tengo el de utilizar el dinero para enviar a mis hijos a la escuela.” Metende Gaston.

“Quiero construir una casa para mi familia.” Belinga Jovin.

La caja de acogida consiste en una pequeña contribución que da derecho a un plato comida que los anfitriones habrán preparado y organizado, y que comerán todas las personas del grupo juntas al finalizar la reunión.

Abalen Djoko Yoyo! ¡Que aproveche Abalen!

“La comida es un punto que nos une, es un signo de amor.” Ekeng Valery

Antes de finalizar el encuentro se tratan los puntos importantes para el grupo, por ejemplo, hacer algún trabajo de manera colectiva como cuando se organizaron para participar en la construcción del centro preescolar de su pueblo, o si hay problemas a resolver.

Esta actividad se ha puesto en marcha para el refuerzo del tejido asociativo, objetivo que forma parte del proyecto de Autonomía y Derechos Humanos financiado por Rioja Alta, y para mejorar la resiliencia del pueblo baka, los mecanismos de solidaridad y apoyo mutuo y la capacidad económica de sus pobladores 

El compromiso del grupo es muy grande y los miembros se esfuerzan mucho para poder participar en las cajas y cotizaciones. Es también ejemplo para el resto de grupos. En el pueblo de Mimbil, un pueblo en principio menos organizado, pero muy inspirados por el buen funcionamiento de Abalen, han puesto en marcha también las cajas de ahorro. En él,  gracias a los ahorros en la caja de seguridad, se ha podido llevar al hospital a una niña de 3 años el pasado mes de junio, salvándole la vida.