La miel recolectada por los pueblos baka es una miel natural de calidad con propiedades muy beneficiosas para la salud.
Camerún es uno de los países mas ricos en ecosistemas del mundo. Conocida como el “África en miniatura”, en su territorio se encuentran diferentes paisajes bioclimáticos que van desde el bosque tropical de la Cuenca del Congo en las Provincias Centro y Sur del país, a un terreno de vegetación de altura media y seca propia de la sabana en la Provincia Norte hasta llegar al Extremo Norte, con un entorno desértico, últimos retazos del desierto del Sáhara.
Los pigmeos baka se expanden sobre todo por el centro y sur del país, pero existen algunos pueblos también en el oeste, cerca de la ciudad portuaria de Douala, siempre cercanos a la selva, aunque con una alta deforestación en esa zona, factor que hace aún más complicado el acceso a la caza y autonomía alimentaria de esta población aún cazadora-recolectora.
A Douala, capital económica, y a Yaoundé, capital administrativa de Camerún, llegan todo tipo de productos provenientes de muchos lugares del mundo, pero gran parte de estos productos provienen de China o Europa, y son de dudosa calidad. Entre ellos se encuentra una miel procesada y adulterada, que se impone en los supermercados a la miel de excelente calidad producida por las comunidades indígenas en el propio país.
Zerca y Lejos inició en 2016 un proyecto que potenciaba la apicultura local en los pueblos baka, con el objetivo de facilitar el acceso a la miel, un producto de gran valor nutritivo y sanitario, que consumían tradicionalmente como producto salvaje. La recolección en el bosque provocaba a menudo accidentes, en muchos casos mortales, ya que los recolectores debían escalar a los árboles donde las abejas salvajes construyen sus colmenas, cayendo en ocasiones al vacío. A esto se le el riesgo de las picaduras de las abejas defendiendo su hogar.
Zerca y Lejos proporciona materiales y tecnología para que estas comunidades puedan producir su propia miel de manera sostenible, en colmenas, cuidando el proceso y la producción. De igual manera, técnicos locales contratados por la organización, apoyan a las comunidades en los procesos.
Los pigmeos son un pueblo históricamente semi-nómada que no ha sentido la necesidad de desarrollar la agricultura (entre ella la apicultura), ya que conseguían mediante la caza y la recolección todo lo necesario para subsistir. Hoy en día, con la cambiante nueva situación en la que se encuentran, con la destrucción de su medio natural y su sedentarización forzada, la agricultura y la ganadería se antoja de gran importancia para conseguir la seguridad alimentaria y económica.
El incierto futuro por el que atraviesan estas poblaciones parece hacer necesario recuperar la actividad apícola junto a la agricultura y la ganadería. A pesar de la buena valoración de la miel salvaje por parte de los baka, según varios apicultores de la zona de Dja et Lobo, no existe una valoración oficial de la miel camerunesa como una de las “mejores mieles del mundo”, a pesar de que, a diferencia de la miel europea, cuyas colmenas se emplazan en lugares poco diversos, la miel camerunesa adquiere muchos mas principios activos por la enorme diversidad de plantas y vegetación que las abejas consumen del bosque tropical.
Camerún, es un país rico en materias primas: la madera, los yacimientos de minerales, miel, plantas medicinales, frutas tropicales…, sin embargo, carece de reconocimiento a nivel mundial por sus productos. Por ello, la Organización Africana de Propiedad Intelectual (OAPI), ha ayudado a paliar esta carencia registrando las indicaciones geográficas de un pequeño número de productos procedentes de varios países africanos. Entre ellos se encuentra la miel blanca de Oku, producida durante siglos en Adamaoua, una de las diez regiones de Camerún, en el centro septentrional del país.
Esta denominación de origen creada en 2013 ha ayudado a reconocer la miel blanca de Oku y ponerlo en valor. Y parece que este producto puede abrir la puerta a otra posible denominación, la de la miel de la cuenca del Congo, la cual posee igualmente una excelente calidad y unas propiedades y principios activos muy beneficiosos para la salud, sobre todo, si además se obtiene mediante una producción sostenible y beneficiosa para el medio ambiente. Mientras tanto, tan sólo los baka y otras pocas personas parecen haberse dado cuenta del valor de la miel, que sigue siendo un producto que pasa desapercibido para la mayor parte de la población.
El círculo vicioso en el que se encuentra la malograda economía camerunesa y la ausencia de criterios de calidad de la administración, hace que los productos que se pueden comprar en cualquier establecimiento no tengan una buena calidad. Lo cual es una auténtica contradicción, al descubrir la gran calidad de la materia prima camerunesa. Por esta razón, en Zerca y Lejos, a través del programa de la seguridad alimentaria y autonomía de las poblaciones baka, se trabaja por recuperar y potenciar el proyecto de las colmenas de abejas en los pueblos pigmeos.
Escrito por César LUENGO CASTILLO. Voluntario de Zerca y Lejos en Camerún.
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